Lo sabes, pero lo sigues haciendo ¿por
qué? Salir a correr, sobre todo si lo haces como forma de
entrenamiento de cara a competir, es algo serio. Son muchos los
deportistas que en sus salidas de carrera a pie tienen unos hábitos
que no son favorables, incluso son conscientes de ellos, pero
insisten. Por desgracia, se repiten más de lo habitual y de una
forma generalizada. Desde Deporte del Sur te alertamos de ellos
porque no ayudan a tu rendimiento:
1. No seguir una planificación o no
respetarla. Entrenar es seguir un entrenamiento. Es decir, un
programa de sesiones fijadas previamente por alguien que entiende con
un objetivo de rendimiento de cara a una competición determinada.
Salir a correr cuando te plazca, a la intensidad a la que tengas
ganas e improvisando puedes llamarlo hacer deporte o salir a correr,
pero nunca entrenar y no ayudará si tienes un objetivo en mente. Y
si cuentas con esa planificación es para respetarla, tanto en el
número de sesiones como en sus intensidades. No vale salir hoy y
estar tres días sin correr y después agruparlo todo en el fin de
semana.
2. No calentar o hacerlo mal.
El calentamiento del corredor incluirá correr unos minutos a ritmo
suave, junto con algunos ejercicios de activación, movilidad
articular y estiramientos. Antes de entrenamientos especialmente
intensos realizaremos un calentamiento más específico para poder
preparar articulaciones, ligamentos y músculos. Pero tú no solo no
estiras, sino que empiezas el entrenamiento a tope ¡Error!
3. Querer terminar exhausto tras
cada entrenamiento. Sabemos que quieres rendir al máximo en la
competición, pero un entrenamiento no es una competición, el
trabajo diario tiene sus intensidades y que no termines exhausto no
quiere decir que no hayas rendido. Cada día tendrás una distancia
y una intensidad y es lo que debes cumplir para la correcta
asimilación del trabajo por parte de tu organismo.
4. No hidratarse o alimentarse.
El agua no debe faltarnos en un entrenamiento. Siempre hay que beber
previamente, si la salida es corta podremos beber antes y después,
si es media o larga tendrás que proveerte de agua durante el
entrenamiento. Lo mismo ocurre con la alimentación, especialmente
en rodajes largos hay que ingerir alimento para no desfallecer.
5. No utilizar material adecuado.
Lógicamente hay que llevar zapatillas de correr, pero no todas las
zapatillas valen, tendrán que adaptarse a nuestra forma de correr y
a la superficie. Si son zapatillas duras, pueden desgastar las
articulaciones, sobre todo si son entrenamientos de rodaje. Es
importante que encontremos una buena amortiguación. Además, la
ropa también juega un papel importante con pantalón y camiseta
específicas que no nos hagan rozaduras ni provoquen molestias. En
caso de bajas temperaturas será necesario algo de material de
abrigo, aunque el entrenamiento sea intenso.
6. Obsesionarte con el cronómetro.
Aunque hay que cumplir los ritmos de entrenamiento, las cifras del
cronómetro o pulsómetro no deben obsesionarte. Lo ideal es
centrarse en la carrera y solo mirar el tiempo y las pulsaciones, o
al final de las series o de la sesión, o en una cifra elevada de
kilómetros como referencia. Mirar el reloj constantemente altera la
calidad del entrenamiento y también es útil que aprendas a guiarte por sensaciones.
7. Picarse con el primero que pasa.
Reconoce que alguna vez lo has hecho o lo has intentado. Llega
alguien desde atrás que te adelanta corriendo e intentas pegarte a
él e incluso adelantarlo, o ver que llevas alguien detrás e
intentar soltarlo. Debes centrarte en tu entrenamiento y no en
seguir al otro, si tu plan tiene una determinada intensidad no es
bueno que la alteres.
8. Terminar de golpe de correr y no
estirar. No es bueno dejar de correr en seco. Al igual que el
calentamiento es importante, también lo es la vuelta a la calma.
Dejar de correr poco a poco, caminar un par de minutos y después
realizar estiramientos y ejercicios de movilidad.
9. Saltarte los ejercicios de
técnica. Por mucho que creas que corres de forma perfecta no
debes dejar de hacer ejercicios de técnica de carrera, ya que
además de ganar en efectividad te ayudarán a ganar fuerza y
potencia. Por ello, no son una elección dentro de tu entrenamiento,
sino una obligación.
10. Como entreno, puedo comer lo
que quiera. Si entrenas tendrás que realizar un mayor consumo
de calorías, pero eso no quiere decir que puedas comer como si se
acabara el mundo. La alimentación se debe cuidar aunque entrenes y
tengas un gasto calórico importante, ya que la nutrición es tan
importante como el entrenamiento.
Este artículo quiere ser de ayuda al
deportista, seguro que puedes aportar alguna experiencia más ¿estás
en desacuerdo con alguno de estos puntos? ¿añadirías otros?
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