Una buena preparación física es, por lógica, clave para preparar una prueba deportiva. Pero al entrenar, es evidente que también hay que tener en cuenta otras variables, como la alimentación, el descanso y, cómo no, la parte mental. Muchas veces, en una competición, la mente le ha jugado una mala pasada al atleta: falta de concentración, no poder adaptar una estrategia, ansiedad, incapacidad para gestionar la frustración, motivación insuficiente, etc. Por ello, y teniendo en cuenta que el cerebro es una parte del cuerpo que se puede trabajar, vale la pena tener algunos aspectos en cuenta que pueden ser muy beneficiosos para presentarse al evento deportivo con una preparación completa.
La parte que ya está en marcha
En primer lugar, hay que tener en cuenta que ya se realiza una parte de entrenamiento mental y psicológico a la hora de preparar el físico: conocer las propias sensaciones, los límites, motivarse para continuar, trabajar las estrategias con los preparadores, etc., ya son aspectos que se trabajan de forma transversal en cualquier rutina. Sin embargo, existen otras fórmulas para reforzar la preparación de la materia gris. Una de ellas, es la propia nutrición; los antioxidantes son unas moléculas que no solo aportan beneficios a nivel físico, sino que también ayudan a mejorar las conexiones neuronales: las encontraremos en, por ejemplo, las manzanas. El cacao tiene un efecto muy positivo para el estado de ánimo y para combatir el estrés, algo de notable importancia a la hora de continuar el entrenamiento y afrontar las pruebas deportivas.
Ejercicios para trabajar la materia gris
Los llamados deportes mentales son una gran opción para ejercitar la materia gris. Además, producen interesantes sinergias entre diferentes disciplinas. Por ejemplo, el ex futbolista y actual director técnico Osvaldo Ardiles, que fue campeón del mundo con Argentina en 1978, o la reconocida jugadora semiprofesional de poker Jennifer Shahade, son grandes aficionados al ajedrez (Shahade es, de hecho, dos veces campeona en esta disciplina y escritora sobre esta materia), que permite trabajar variables como la concentración, la estrategia, la atención o la tolerancia a la frustración, aspectos que pueden ser muy útiles en el desempeño de actividades a alto nivel, como las competiciones. Los deportes mentales incluyen, también, posibilidades como las damas o el backgammon; aunque es cierto que el ajedrez está considerado el “buque insignia” de este grupo. En general, son muy interesantes para entrenar el cerebro de forma entretenida, pero sin renunciar a sus beneficios.
Aspectos que entrenar por cuenta propia
Algunas técnicas de relajación, meditación, así como la visualización de las competiciones pueden ser muy útiles. Un ejemplo está en los pilotos de Fórmula 1, que recorren mentalmente los circuitos antes del día de la carrera para estar preparados cuando llega el Gran Premio. La meditación está ganando adeptos entre los deportistas; un buen ejemplo es el “Mindfulness”; esta técnica de la psicología está íntimamente relacionada con la gestión del estrés y la consecución de la “autoeficacia”, además de conseguir un estado óptimo de cara a la competición y, también, en el trabajo psicológico de las lesiones.
Siguiendo con el entrenamiento mental en solitario, hay que tener en cuenta variables como la imaginación y la creatividad, que se pueden trabajar reduciendo el estrés y teniendo una apertura de mente sin prejuicios. Por otra parte, las llamadas “autoinstrucciones” pueden ser muy beneficiosas de cara a la motivación, la autoconfianza y la memorización de frases “de rescate” en caso de que la competición ponga en aprietos al atleta. A nivel grupal, es bueno profundizar en la comunicación con el equipo, así como con el entrenador, y saber realizar y aceptar las críticas constructivas que ayudan a crecer al deportista.
La ayuda de profesionales
Por último, vale la pena buscar a profesionales que ayuden a conseguir los objetivos marcados. A este respecto, los psicólogos deportivos o los “coaches” pueden ser de gran ayuda, tanto para conocer técnicas de forma puntual como para llegar más allá y tener una colaboración a lo largo del tiempo. Ser receptivo a lo que puedan aportar es un buen signo de apertura mental; algo que no puede ser sino beneficioso.
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