La electroestimulación o ejercicio pasivo es elegida por numerosos deportistas dentro de su entrenamiento para aumentar el tono muscular, mejorar la resistencia, la fuerza e incrementar el volumen. No es una solución milagrosa ni un sustituto del entrenamiento convencional, pero sí de una evolución y un complemento del entrenamiento. En función de los objetivos y de las necesidades, cada deportista escoge el electroestimulador adecuado y todo debe integrarse dentro de la planificación de entrenamientos que debe estar indicada por profesionales.
El fenómeno de la electroestimulación no es algo nuevo. En 1970, los deportistas de élite empezaron a introducirlo en sus entrenamientos. Por ejemplo, en fútbol, se hizo para trabajar cuádriceps, isquiosuturales y psoas-ilíaco, músculos que deben estar bien desarrollados para aguantar un partido entero a buen nivel minimizando el riesgo de lesiones.
Pero es que, además, la electroestimulación potencia la capacidad aeróbica, anaeróbica, la fuerza, la resistencia, la velocidad y la flexibilidad.
Funcionamiento de la electroestimulación
Todo parte del electroestimulador, un aparato que aplica impulsos eléctricos provocando contracciones musculares. Estos impulsos son muy similares a los que emite el sistema nervioso central en las acciones musculares producto de la actividad física. El electroestimulador tiene una máquina central de la que parten los electrodos, unos parches conectados por cables que transmiten los impulsos. La potencia del impulso se puede programar. Una ventaja es que estos impulsos permiten alcanzar fibras musculares profundas, algo que es difícil de alcanzar mediante el entrenamiento tradicional.
Ventajas del entrenamiento mediante electroestimulación
En artículos de expertos y en algún blog de fitness de referencia se habla de las ventajas de los entrenamientos mediante electroestimulador, siendo las siguientes:
- Aumenta la fuerza en la estabilidad articular.
- Potencia la musculatura.
- Previene la atrofia muscular.
- Se puede usar en terapias de rehabilitación y para tratar patologías musculares.
- Trata las contracturas musculares.
- Trata la profilaxis de trombosis.
- Entrena los músculos de un modo más profundo sin generar fatiga en el sistema nervioso.
- Trata el dolor.
- Su adaptación a cualquier espacio y la comodidad de uso.
No obstante, hay que evitar todo mito de que la electroestimulación es una forma de hacer ejercicio sin moverse, viendo la televisión con la posibilidad de adelgazar de forma fácil. Es verdad que es una actividad pasiva, pero para conseguir resultados hay que realizar rutina de posturas y no suele ser un método que funcione en solitario, aunque sí es muy recomendable acompañado de otro tipo de actividad y una buena alimentación.
Tipos de electroestimulación
Conociendo estas ventajas y sus posibles aplicaciones, podemos establecer que existen distintos tipos de electroestimulación.
- Electroestimulación terapéutica. Es útil para deportistas, pero también para personas que no hacen deporte, pero tienen una lesión o problemas musculares. Formaría parte de los procesos de recuperación y rehabilitación en lesiones articulares, de tendones o ligamentos.
- Electroestimulación deportiva. Se puede conseguir una sesión de alta intensidad con un programa de fuerza o resistencia para alcanzar el cansancio muscular. Es posible aumentar la carga de entrenamiento en grupos musculares muy específicos y adaptarse a cada deporte. Estas sesiones se pueden combinar con el entrenamiento tradicional. Por ejemplo, si en la pista se ha trabajado velocidad, se puede programar una sesión de resistencia con el electroestimulador.
- Electroestimulación medicinal. Permite la prevención de la atrofia muscular en pacientes con movilidad reducida y el tratamiento de otras problemáticas.
- Electroestimulación cosmética. Se habla ya también de un nuevo concepto de cosmética a través de la electroestimulación, sobre todo de cara a conseguir la firmeza de algunas zonas corporales.
Nuestro consejo es que hables con tu entrenador para poder complementar tu entrenamiento convencional con el trabajo de electroestimulación, ya que en muchos deportistas de élite ha conllevado una mejora de rendimiento y ha afianzado la estabilidad muscular preveniendo lesiones.
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