Fusilados, exiliados, prisioneros... así afectó la Guerra Civil al deporte español


La Guerra Civil Española se cobró 540.000 víctimas mortales. Entre ellas, hubo deportistas. De hecho, el conflicto paralizó el deporte español durante tres años, debilitándolo durante muchos más; cambió completamente las selecciones nacionales, los clubes de las distintas disciplinas e incluso las competiciones. Entre los deportistas muertos en combate, destacaron los jugadores de la selección española de fútbol, Galé y Arocha, o la estrella de la selección de baloncesto, subcampeona de Europa, Cayetano Ortega, que fue derribado en la batalla de Belchite siendo piloto republicano. El campeón de Europa de boxeo, Carlos Flix, fue fusilado. La estrella ciclista del momento, Julián Berrendero, estuvo en varios campos de concentración; el jugador del Real Madrid, Patricio Escobal, se libró del fusilamiento en varias ocasiones. Solo cuatro jugadores de la selección española de fútbol, Campana, Gorostiza, Ipiña y Herrerita, volvieron al combinado nacional después del conflicto. Al deporte español le costaría recuperarse tras la guerra.

La guerra, un freno para el deporte

La Guerra Civil cortó de cuajo el crecimiento que el deporte estaba experimentando en España en los años 30 siguiendo la evolución que había comenzado en Europa con anterioridad. Deportes como el fútbol, el boxeo, el ciclismo o el baloncesto estaban creciendo en nuestro país, e incluso la prensa deportiva ya estaba asentada con medios como El Mundo Deportivo. En 1935, Radio Barcelona dedicaba media hora diaria a deportes junto con un especial los lunes por la noche. En aquellos años previos surgieron muchos clubes, fundamentalmente de fútbol, que tuvieron que cesar su actividad por el conflicto. También se habían empezado a habilitar recintos deportivos que fueron destruidos (en la fotografía principal, campo Buenavista de Oviedo).

Baloncesto

En 1935, se disputó en Suiza el primer campeonato de baloncesto llamado Eurobasket, siendo el estreno de la FIBA en cuanto a organización de campeonatos regionales como evento previo a los Juegos Olímpicos de 1936. España se había clasificado tras ganar en un partido previo disputado en Madrid a Portugal, 33-12. El equipo era una mezcla entre jugadores nacidos en España y centroamericanos consiguiendo un gran rendimiento sin tener mucha altura. En la ronda de clasificación, España le ganó a Bélgica. En semifinales, venció a Checoslovaquia y en la final perdió contra Letonia 24-18.

Selección española de baloncesto de 1935.

El equipo español estuvo entrenado por Mariano Manent y formó con Emilio Alonso Arbeleche, Pedro Alonso Arbeleche, Juan Carbonell, Rafael Martín, Armando Maunier, Fernando Muscat, Cayetano Ortega, Rafael Ruano. Rafael Ricardo Martín Hassan fue premiado como el jugador más valioso del torneo, pero solo disputó con España aquellos cuatro partidos. Cayetano Ortega falleció durante la Guerra Civil. España estaba preparando su participación en los Juegos de Berlín, y el partido inaugural estaba previsto frente a Estados Unidos, pero no acudió. Al baloncesto español le costaría décadas recuperarse del palo de la guerra. Hasta 1973, casi 40 años más tarde, España no volvió a conseguir una medalla europea.

Fútbol

El 19 de abril de 1936 se disputó la última jornada de liga previa a la guerra. Isidro Lángara, jugador del Oviedo, le marcó cuatro goles al Valencia y después sería uno de los futbolistas que participara en la guerra como su compañero de equipo Quico Florenza. El madridista, Gonzalo Díaz Galé, perdió la vida. También el jugador del atlético, Miguel Durán ‘Pololo’, o el valencianista Enrique Molina. La mayoría de futbolistas perdieron a familiares muy cercanos. El presidente del Barcelona, Josep Sunyol, fue fusilado en los primeros días de la guerra, ya que además era diputado de ERC. También perdió el Real Madrid a su presidente durante la guerra, Antonio Ortega, ejecutado en 1939 por comunista. Asimismo, fue fusilado por el bando republicano en las sacas de Paracuellos del Jarama, Monchín Triana, jugador del Real Madrid.

Durante el conflicto, se disputaron partidos de forma intermitente. Lo hicieron, por un lado, en acciones que convirtieron el fútbol en instrumento político, como un partido entre el FC Barcelona y el Español en Montjuic el 13 de septiembre de 1936 o encuentros de las selecciones de Cataluña y Euskadi. También hubo torneos por bandos. En 1937, se disputó una Liga Mediterránea Cataluña-Levante de fútbol que ganó el FC Barcelona por delante del Español y el Gerona. La selección del bando franquista disputó dos partidos frente a Portugal saldados con derrota, según recoge el libro El deporte en la guerra civil. En 1939 se jugó la Copa del Generalísimo sin equipos de Cataluña, Madrid, Valencia, Castilla-La Mancha o Murcia, que pertenecieron a zona republicana hasta los momentos finales de la guerra. Se quedaron fuera equipos como Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Español o Valencia. El Sevilla le ganó 6-2 en la final al Racing de Ferrol. En 1937, se había disputado en zona republicana la Copa de la España Libre, que ganó el Levante, pero nunca se llegó a considerar dentro del palmarés de los torneos de Copa, ni incluso después de que en 2008 lo pidiera el Congreso de los Diputados. La liga volvería en la temporada 39-40 con victoria del Atlético Aviación. La Federación Española de Fútbol llegó a poner un tope salarial de 600 pesetas mensuales, ya que un coronel ganaba 800 y "no era de recibo ganar más".

Pero el conflicto hizo que muchos jugadores relevantes no pudieran jugar en España. Muchos de los jugadores del Barcelona y de Euskadi que realizaron giras por América, se quedaron allí, como Ricardo Zamora o Luis Regueiro. 

Ciclismo

En el Tour de Francia de 1936, el español Julián Berrendero ganó la clasificación de la montaña. Otro español, Federico Ezquerra, se impuso en la undécima etapa entre Niza y Cannes, la del 19 de julio, un día después de estallar la Guerra. El español mejor clasificado de la general fue Mariano Cañardo, a 1 hora y 3 minutos del ganador, el belga, Sylvere Maes. Los ciclistas intentaron resistir. En el año 1937, la selección española, luciendo la bandera de la república, mantuvo su participación. Cañardo y Berrendero ganaron etapa, sin ningún español entre los diez primeros puestos, pero también estuvo Ezquerra. De hecho, los tres se habían quedado en Francia tras el Tour del 36. 

La odisea de Julián Berrendero

Berrendero, conocido como “el negro de los ojos azules”, había dado una auténtica exhibición en la decimoquinta etapa del Tour de 1937 entre Luchon y Pau en la que se subieron el Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque y que Berrendero conocía a la perfección, ya que estaba viviendo cerca de Pau. Consiguió ganar con 2 minutos de ventaja sobre sus rivales. Sin embargo, tras la carrera volvió a España porque echaba de menos a su familia. Al cruzar la frontera de Irún, fue detenido y condenado, pasando 18 meses en campos de concentración. Estuvo en Espinosa de los Monteros (Burgos), Rota (Cádiz) y Madrid. Retomaría la bicicleta tras su liberación ganando la Vuelta España en el 41 y en el 42. Su amistad con José Llona, un antiguo ciclista que era capitán del ejército, ayudó a su liberación. Sin embargo, ya no podría volver al Tour de Francia por la censura a los corredores españoles.

Julián Berrendero.

Sin Berrendero, en el 38, España pudo mantener a sus seis participantes en el Tour de Francia, pero nadie destacó. Ganó Gino Bartali. Tampoco destacó la participación española en el 39.

Vuelta Ciclista a España

La Vuelta Ciclista España disputó su primera edición en 1935 y la segunda en 1936. Al disputarse en mayo, el conflicto no le afectó. Tomaron la salida 53 corredores, 44 de ellos españoles, aunque al ganador fue belga, Gustaaf Deloor. Su gran rival, Mariano Cañardo, se cayó en la primera etapa. El madrileño Vicente Carretero ganó cinco etapas, siendo otro de los grandes ciclistas españoles a los que el conflicto cortaría su progresión. 

La vuelta paró su progresión tras aquellas dos primeras ediciones a consecuencia de la guerra. Se retomó en 1941 con solo 32 corredores, 28 españoles y cuatro suizos. El recorrido se dividió en 22 etapas con 4406 kilómetros en total. No había equipos oficiales y los corredores se adscribieron a clubes de fútbol, el FC Barcelona y el RCD Español. Berrendero, del RCD Español, ganó con una media de 26,1 ki/h por delante de Fermín Trueba y José Jabardo. Aquel año, el maillot de líder fue de color blanco. Esta vuelta tiene varios récords, la de la etapa más lenta de la historia, la de menor participación y, además, tuvo lugar la primera contrarreloj de la ronda, la cual ganó Delio Rodríguez.

Boxeo

Si bien no a las cotas de popularidad y de éxitos de los años 60 y 70, el boxeo en España estaba a un gran nivel en los años 30. Antes de la guerra civil, nuestro país tuvo varios campeones de Europa y el 1 de junio de 1935, Baltasar Belenguer Hervás "Sangchili" se proclamó campeón del mundo en un combate en la Plaza de Toros de Valencia frente a Panamá Al Brown. Uno de los campeones de Europa, Carlos Flix, fue fusilado en Campo de la Bota el 2 de marzo de 1939 por ser un "famoso torturador". También lo fue, en 1938, el villarrealense Antonio Mata Guinot, con su cuerpo terminando en una fosa común de Castellón, irrecuperable al ser vaciada para levantar nuevas tumbas. Tras la Guerra Civil, el boxeo español no tardó en tener nuevas figuras y volvieron los grandes combates en la década de los 40. Luis Romero Pérez ganó el título europeo en 1949.

Antonio Mata.

Juegos Olímpicos

España fue uno de los países que boicoteó los Juegos Olímpicos de 1936, los del Tercer Reich. Impulsó la celebración de una Olimpiada Popular en Barcelona que tenía prevista su apertura el 19 de julio con 5.000 atletas, pero el inicio de la Guerra Civil el día anterior y el alzamiento en armas de la ciudad en la madrugada de ese día, impidieron la celebración. Algunos de aquellos deportistas, como los del Clarion Cycling Club británico, participarían en la guerra a través de las brigadas internacionales.

España sí llevó equipo a la III Olimpiada Obrera de Amberes (Bélgica) en julio de 1937. Participó un combinado de atletas y jugadores en fútbol, atletismo, tenis, baloncesto, boxeo, lucha, ciclismo, natación y waterpolo. A su retorno de Bélgica, el equipo de fútbol también participó en un torneo de la Federación Deportiva y Gimnástica del Trabajo, llegando a la final en la que fue derrotado ante la URSS. En cuanto a los Juegos Olímpicos, como en 1940 y 1944 no se disputaron por la Segunda Guerra Mundial, España no contabilizaría más ausencias, ya que sí tuvo a 64 representantes en nueve deportes en Londres 1948.

El deporte, tras la Guerra Civil

El régimen franquista impuso una reordenación social que también recayó sobre deporte, pasando todas las prácticas por el filtro gubernamental. Incluso el Comité Olímpico Español tuvo que mantenerse en la clandestinidad al principio, ya que debía ser independiente y esa independencia no era permitida por el gobierno franquista. Surgieron las organizaciones del Frente de Juventudes para los chicos y la Sección Femenina para las chicas. Desde ellas se impulsaron actividades deportivas, pero se hizo de manera muy selectiva.

En un principio, el deporte femenino fue visto con sospecha desde el régimen. Se permitió, pero con límites, pudiendo las mujeres practicar baloncesto, tenis, natación, gimnasia, esquí y bailes regionales con vestimenta moral. Hubo una deportista, María Torremadé, que destacó por sus marcas en atletismo en la posguerra. Sospecharon de ella que era un hombre y, efectivamente, tenía síndrome de Morris o condición de intersexual, que finalmente le hizo pasar por el quirófano y cambiar sus datos en el registro para ser Jordi Torremadé. Debido a este caso, la Sección Femenina prohibió el atletismo femenino durante más de 20 años.

María Torremadé.

Bibliografía


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