Casi damos por hecho que una persona cuando practica deporte y lleva una buena alimentación estará sana y no tendrá riesgos. Sin embargo, la práctica deportiva, especialmente cuando se realiza con intensidad o es de competición, hace necesaria la realización de un reconocimiento médico que certifique que la persona puede desempeñar la actividad sin problemas. Por ello, se aconseja que todas las temporadas los deportistas federados pasen por el reconocimiento médico e incluso hay pruebas deportivas, especialmente aquellas de larga distancia, que también requieren un certificado médico que acredite que el participante está plenamente capacitado para la actividad física.
Además del reconocimiento anual, no está mal hacer un seguimiento de distintos parámetros. Por ejemplo, es aconsejable tener un Medidor de Oxígeno en Sangre, ya que con él conoceremos la cantidad de oxígeno disponible y podremos detectar niveles de saturación anómalos. Este medidor también es muy útil cuando se van a realizar actividades y esfuerzos en altitud.
La revisión médica será mucho más significativa en personas con lesiones importantes como cardiopatías o cuando la edad está avanzando, puesto que no es lo mismo un deportista de 20 años que uno de 50. El reconocimiento debe partir de una toma de medidas básicas como peso, talla, I.M.C. (índice de masa corporal), tensión arterial y frecuencia cardiaca. La exploración además incluirá espirometría, revisión del aparato locomotor, electrocardiograba y pruebas de flexibilidad y fuerza. También se suelen hacer test de sangre y de orina.
La prueba de esfuerzo
Pero una parte fundamental de este reconocimiento médico en deportistas es la prueba de esfuerzo. Las más habituales se realizan en cinta de correr o en bicicleta estática con una duración de unos diez minutos. Se van realizando incrementos progresivos de carga de trabajo y todo ello se va monitorizando. También se medirá la recuperación. Con ello se tiene un análisis directo de consumo máximo de oxígeno determinando los umbrales aeróbico y anaeróbico.
El reconocimiento médico podrá prevenir problemas y detectar deficiencias, aunque lógicamente, no estaremos exentos al 100% de que nos ocurra algo. Es bueno que durante la temporada tengamos buenos hábitos de vida, un seguimiento correcto del entrenamiento con preparación a cargo de profesionales y que no descuidemos la salud.
Otro test que podemos hacer regularmente es con el uso de un Medidor de Grasa Corporal que nos ayudará a ajustar nuestro estado de forma llegando a nuestro punto de menor grasa muscular en los momentos de pico de forma. También es conveniente ir haciendo un seguimiento del peso y en los entrenamientos de valores como las pulsaciones o los watios para que podamos ir ajustando la preparación lo mejor posible.
Toda esta monitorización de los parámetros de nuestro cuerpo y nuestro rendimiento se hacen menos necesarios si estamos hablando de una práctica deportiva de mantenimiento o de ocio y siempre será complementario con unos hábitos de alimentación saludable, con una dieta variada, además de un buen descanso para que el cuerpo pueda recuperar e ir mejorando en nuestro rendimiento.
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