A veces es necesario recordar a los padres y madres que la práctica deportiva en sus hijos o hijas debe traer beneficios ayudando al crecimiento personal y no debería ser foco de disgustos, broncas, polémicas o incluso altercados públicos como hemos visto en algunos escenarios del Deporte Andalucía. De hecho, antes de entrar en lo que es en sí el título de este post, recordemos lo positivo de la actividad deportiva para un niño:
Beneficios del deporte en el niño
- Trae beneficios físicos para la salud.
- Ocupa el tiempo libre en una actividad sana, que a la vez es una forma de prevención ante otras actividades y hábitos menos sanos.
- Fomenta el hábito de hacer ejercicio desde pequeño, impulsa la cultura del deporte y eso hace más probable que le haga continuarla durante adulto.
- Impulsa el trabajo en equipo, la solidaridad, la responsabilidad y fomenta la integración, enseñando a respetar y cumplir normas.
- Fomenta el aprendizaje de técnicas y tácticas sin ser consciente de ello al estar haciendo algo que les gusta.
- Desarrolla aspectos psicológicos como la autoestima, la autoconfianza o el autocontrol.
- Prepara para saber aceptar el éxito y el fracaso.
- Desarrolla la concentración y la atención.
Pero pese a todo esto, a veces en las instalaciones del deporte andaluz se ven conductas por parte de padres y madres que parecen más propias de ultras en algunos casos, o en otros están aquellos que se creen entrenadores.
Lo que NO debería hacer un padre deportista
- Escoger el deporte para su hijo, en lugar de que sea el niño quien lo elija.
- Pretender que su hijo sea lo que el padre no pudo ser cuando niño o tratar que alcance las metas que el padre alcanzó.
- Ser entrenador desde la grada, criticando al entrenador, a los compañeros, a los rivales o a otros padres.
- No respetar las decisiones de la autoridad, en este caso el árbitro, en muchos casos con conductas que llevan al insulto y hasta la agresión.
- Presionar al niño para conseguir resultados y tenerlos como lo más importante.
- No respetar a los rivales.
- Criticar los errores de su hijo o de otros niños.
- Impedir que su hijo saque las emociones propias de un niño.
- Exigir al niño un esfuerzo físico más propio de adulto que del niño que es.
En sustitución de estos comportamientos,
Lo que SÍ debería hacer un padre deportista
- Aceptar la elección de disciplina deportiva por parte de su hijo, dejar que forme su propia personalidad.
- No fijar objetivos previos, impulsar la idea de que debe divertirse haciendo deporte con todos sus beneficios.
- Animar desde la grada en lugar de criticar. Si ve algo incorrecto por parte del entrenador o le genera alguna duda, siempre podrá realizar alguna consulta durante la semana de entrenamientos en tono cordial y siempre con una idea constructiva.
- Aunque no esté de acuerdo con alguna decisión arbitral, siempre hay que respetar a la autoridad. Al niño le ocurrirá en el futuro con algunas decisiones de sus superiores en el trabajo.
- Tener claro y transmitirlo así a su hijo que los resultados no son lo importante y sí lo que se aprenda y disfrute.
- Dejar claro que los integrantes del equipo rival no son enemigos, sino compañeros con los que hay que competir.
- Valorar el esfuerzo realizado y en algunos casos si se tiene conocimiento, dar consejos.
- Restar importancia a la competición, aunque a veces un partido puede generar tensiones y emociones, hay que dejarlas fluir, el niño podrá llorar o reír, se debe ver como algo normal y apoyarlo siempre.
- Dejar siempre en manos del entrenador o monitor la preparación y formación, ya que es el mejor conocedor.
En definitiva, siempre hay que tener claro que el deporte debe ser un beneficio y no un foco de problemas que llevar a casa o al colegio. El día del partido o de la competición debe ser una fiesta en la que el objetivo de la familia será apoyar y animar. La diversión y el crecimiento personal debe ser el objetivo de todo pequeño deportista.
¿Estás de acuerdo con estas conductas? ¿Has vivido algún caso relacionado con esta temática?
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